La semana santa fue genial, me la pasé entera en casita disfrutando del maravilloso clima andalúz y de sus fantásticas procesiones, y como no, de lo que disfrutaba entre paso y paso era de unas cañitas. Lo mejor de la semana...The CREAM´s WEEK...
Luego regresé a Madrid, y aunque llevo cuatro años aquí y me encanta la ciudad y la gente con la que la disfruto, no puedo evitar ese nerviosismo, ese miedo que me inundaba la primera vez que llegué a la capital, el miedo a lo desconocido..., supongo que por eso me gusta tanto volver...
Y bueno a la vuelta me esperaban... FIESTAS DE PRIMAVERA!!! la vida residencial volvía a cubrir los fines de semana. La verdad es que he de reconocer que echo de menos los lios de la residencia, el estar siempre rodeada de gente, aunque sea un asqueroso puente en Madrid en el que todo el mundo huye hacia sus respectivos lugares de residencia (aunque este año si! adoro los puentes en Madrid, he aprendido a aprovecharlos!!!), el jaleo de ir de una habitación a otra, el comentar el internado entre descanso y descanso, echo de menos mi sitio en la biblioteca y como no, la fiesta de primavera, el preparar la decoración, los videos, los premios... , lo cierto es que este año cuando volví, sentí que estaba fuera, es raro ver como ya no formas parte de algo que has vivido durante tres años, que la vida sigue, que llega gente nueva..., en definitiva que las cosas cambian...
Pero lo que no cambian son las "pijas" que pueblan todas estas fiestas de residencia. El viernes pasado disfrute de la última del Spínola en Dalai (una gran fiesta, SIEMPRE, gracias al "señor tubusero"). Y junto a unos amigos analizamos el panorama de la noche. No conseguimos convencerles para que no fueran en traje a la fiesta, la frase “sois los únicos que vais a ir tan pijos” no funcionó aquella noche, aunque hay que reconocer que se “acojonaron” un poco…lo cierto es que no funcionó porque no era cierta (sólo ví a dos chicos que iban en vaqueros). Las chicas no se quedaban atrás y fue aquí donde empezó el “Padel LOVE show”, no buscábamos a una profesional del deporte de moda, sino a una chica que siguiera tan mona al día siguiente, una chica a la que J.J le diera los buenos días sabiendo que era la misma mujer que había dejado en la cama horas antes…, y he de decir que Olaya y yo fracasamos en el intento, porque entre los tres kilos de maquillaje, los lamparones provocados por los cubatas derramados y el “me has manchado, TÚ”, sólo encontramos una frente en la que poder pegar unos cuantos raquetazos….
Chicos no desesperéis, la próxima vez será…, mientras tanto seguiremos disfrutando de esas maravillosas patatas fritas a las 4 de la mañana viendo la NBA.
Frase del día: "Born to be wild"
